Poesías matemáticas 1

1,2, 3

 

1,2,3

soy un pez

4,5,6

gallo o pez

como gustéis

7

Ni pez ni gallo

Vete

                        Rafael Alberti  

Límite

 

Esfera ceñida de esferas que no pueden

escaparse de la esfera única.

Manos esféricas ciñéndose a unas piernas

Que se abrazan redondas, perfectísimas.

Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,

desplegara de sí un anillo y lo arrojara,

se caería

cogido por su extremo, prolongándose

hasta pisar el polvo.

 

Ondularía siglos, y su música

subiría por temblores a la esfera

que le retiene siempre jamás, tan suyo.

 

Sería vertical, hasta que un siglo

la curva reclamara ser redonda

es de un albor sin ritmo. Subiría

otra vez a ser anillo, anegándose

por amor de querencia inmarchitable,

en la esfera total.

 

Yo he sido anillo,

tembloroso al caer, y erguida

me dejaba correr desde los tiempos...

Más la esfera sintió que al fin mi esencia

debía descansar en lo redondo.

 

Carmen Conde

Números comparados

 

 

Cuéntame un cuento de números

háblame del dos y del tres

- del ocho que es al revés

igual que yo del derecho-.

   Cuéntame tu que te han hecho

el nueve, el cinco y el cuatro

para que los quieras tanto;

anda pronto, cuéntame.

 

   Dime ese tres que parece

los senos de cualquier foca;

dime ¿de quién se enamora

ese tonto que es el tres?

   Ese pato que es el dos,

está navegando siempre;

pero a mi me gusta el siete,

porque es un roto en la vida,

y como estoy descosida,

le digo a lo triste: Vete.

Cuéntame el cuento muy lenta,

que aunque aborrezco el guarismo,

espero ganar lo mismo

si eres tu quién me lo cuenta.

 

Gloria Fuertes

El burro en la escuela

 

Una y una, dos

Dos y una, seis

El pobre burrito

contaba al revés.

¡No se lo sabe!

- Sí me lo sé.

-¡Usted nunca estudia!

Dígame ¿por qué?

-Cuando voy a casa

no puedo estudiar;

mi amo es muy pobre,

hay que trabajar.

Trabajo en la noria

todo el santo día.

¡ No me llame burro,

profesora mía!   

 

Gloria Fuertes
 

Números

 

De los números naturales

sólo pocos se destacan,

particularmente notables

que a otros números opacan.

 

Números primos, cuadrados perfectos

son ejemplares singulares

de numerales selectos,

de inolvidables propiedades.

 

Y entre los números importantes

no soy yo la excepción,

seguro que me has visto antes,

pero ahora adivina quién soy.

 

Pues si mi propia raíz cuadrada

a mí mismo me restan,

por una gracia solo a mí reservada

 

EL NÚMERO PI

 

 

El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de digitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar
 directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia
del espacio!
Mientras aqui dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.

 

 

Wislawa Szymborska

Premio Nobel de Literatura 
 

El número Pi

 

El número Pi es digno de admiración

tres coma uno cuatro uno

todas sus cifras siguientes también son iniciales

cinco nueve dos, porque nunca se termina.

No permite abarcarlo con la mirada seis cinco tres cinco

con un cálculo ocho nueve

con la imaginación siete nueve

o en broma tres dos tres, es decir, por comparación

cuatro seis con cualquier otra cosa

dos seis cuatro tres en el mundo.

La más larga serpiente después de varios metros se interrumpe

Igualmente, aunque un poco más tarde, hacen las serpientes fabulosas.

El cortejo de cifras que forman el número Pi

no se detiene en el margen de un folio,

es capaz de prolongarse por la mesa, a través del aire,

a través del muro, de una hoja, del nido de un pájaro,

de las nubes, directamente al cielo

a través de la total hinchazón e inmensidad del cielo.

¡Oh qué corta es la cola del cometa, como la de un ratón!

¡Qué frágil el rayo de la estrella que se encorva en cualquier espacio!

Pero aquí dos tres quince trescientos noventa

mi número de teléfono la talla de tu camisa

año mil novecientos setenta y tres sexto piso

número de habitantes sesenta y cinco décimos

la medida de la cadera dos dedos la charada y el código

en la que mi ruiseñor vuela y canta

y pide un comportamiento tranquilo

también transcurren la tierra y el cielo

pero no el número Pi, éste no,

él es todavía un buen cinco

no es un ocho cualquiera

ni el último siete

metiendo prisa, oh, metiendo prisa a la perezosa eternidad

para la permanencia.

Wislawa Szymborska

Premio Nobel de Literatura 

 

 El Glotón

 

 

Como mi hambre aumentaba,

decidí un sandwich preparar,

a mi pan coloqué 1/8 de queso

y 1/8 de mortadela además.

 

 Como aún me pareció pequeño,

3/8 de queso decidí agregar

y como si esto fuera poco,

de mortadela, 1/8 más

 

¡Si vieran la tremenda boca

que tuve que abrir para tragar!

y como es lógico, más tarde,

el dolor de estómago me hizo llorar.

 

Es que calculen la cantidad

de queso y mortadela, y entenderán

que vale más ser medido en la vida

porque todo exceso hace mal.

 

 

 

Danny Perich C.


 
 

Matemáticas.

En la portada de mi diario
han sacado
a una niña rubia
a la pizarra.
La niña
está de espaldas
al resto de la clase;
está de puntillas
el brazo izquierdo levantado
una tiza azul
entre sus pequeños dedos.
El maestro le ha puesto
una operación de matemáticas
para que la resuelva.
Una suma.
Una suma que está chupada:
uno + uno.
A ella le da tres.
A mí,
cada vez que abro el diario
y le leo lo que voy
escribiendo en sus páginas,
también.

Tres.      

                  

David González

 

POESÍA NUMÉRICA.

 


         Porque no faltan beli.....3
         que a estafar acostumbra..2
         hacen con estos cuita.....2
         el oficio de los bui......3
         ¡Cuántos chalecos fia.....2
         y pantalones medi.........2
         que luego han sido pedi...2
         y nunca han sido paga.....2!
         Es dura verdad, no arras..3
         a decir que en ambos mun..2
         hierven rencores profun...2
         en contra de nuestros sas.3
         Vienen a nuestros merca...2
         baratísimos vesti.........2
         por los franceses vendi...2
         y por nosotros compra.....2